Al sector lechero primario se le apareció anticipadamente agosto. Las principales industrias elaboradoras anunciaron una baja en los precios a productor. Soprole planteó una disminución de 23 pesos por litro, mientras que Nestlé lo hará en $6, ambos a contar del 16 de agosto. Junto a eso, los bonos de invierno de Watt’s y Surlat, de $13 y $20, respectivamente, se terminan el 31 de agosto.
Un panorama que pasó de gris a más que oscuro, debido a un precio internacional que viene en picada, con un valor que terminó en junio pasado a US$ 2.490 la tonelada de leche en polvo entera -el principal parámetro lácteo- frente a US$ 4.150/ton que se pagó en junio de 2014, según el último informe de Rabobank.
Pero el desplome no ha parado: el segundo remate de julio de Fonterra registró US$ 1.848 para la tonelada de leche en polvo entera. Es decir, eso configura la mayor crisis en más de una década, con valores solo comparables a los de 2003.
“El escenario actual y el devenir del sector lechero se presenta extremadamente complejo”, planteó la Federación Nacional de Productores de Leche, Fedeleche, tras poner de relieve que a la disminución de precios se suma la baja en la producción respecto del año anterior. Planteamientos similares hicieron las diferentes asociaciones regionales de productores lecheros.
“Sabemos que este negocio es tremendamente volátil y que estamos viviendo uno de los ciclos negativos, sin duda, más duros de los últimos años. Ahora lo importante es ver cómo vamos a enfrentar esta situación, ya que venimos saliendo de una sequía terrible. En este sentido, solo queda tratar de ver de qué forma podemos salir de esto, y es bajando los costos al máximo y esperar que esta situación se revierta”, señala el presidente de Fedeleche, Horacio Carrasco.
La baja de precios a nivel nacional, sin embargo, es menor que la de los valores internacionales. De ahí que la actual coyuntura traiga a la memoria la petición del sector productor respecto de que el precio que reciben sea un reflejo de los valores en el mercado internacional. Es lo que plantearon en la demanda que Fedeleche presentó contra Soprole y Nestlé, en agosto de 2014, ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, denunciándolos por abuso de posición dominante como poderes de compra, lo que se traduciría en que el mercado de la leche cruda en Chile no funciona de manera competitiva.
¿Por qué no bajó más?
El precio actual de la leche a productor es de aproximadamente $ 190 el litro, con fluctuaciones dependiendo de las diferentes políticas y bonos que aplica cada empresa elaboradora, y ahora podría llegar a $160 o menos. Si solo reflejara el precio internacional tendría que haber bajado $90, pero si expresara los precios reales a los que Chile exporta, habría tenido que bajar $55.
La empresa Soprole, mediante un comunicado, aclara que la razón del atraso en Chile en internalizar la baja internacional se debe a la fuerte sequía que azotó al sur el pasado verano, lo que significó una caída en la producción cercana al 15% en algunos meses.
“La baja de precio es consecuencia de la compleja y crítica situación en el mercado mundial de leche, donde los principales commodities lácteos han caído, en los últimos 12 meses en cifras superiores al 50%. Es más, los precios que registra la leche en polvo entera, de US$ 1.848 la tonelada, y la leche descremada en polvo, de US$ 1.702, son inferiores a los precios de la crisis de 2008, son los más bajos de la década y solo se comparan con los precios de febrero de 2004 y septiembre de 2003, respectivamente”, señala Soprole a través de un comunicado.
La empresa láctea apunta que el actual valor de la leche en la X Región equivale a un precio FOB de exportación de leche entera en polvo de US$ 3.500 la tonelada, no obstante que ese mismo valor en Chile en los últimos cuatro meses, según Odepa, es de US$ 2.550. La firma enfatiza que, según la misma fuente, las importaciones de leche entera en polvo de los últimos cuatro meses corresponden a un promedio de US$ 3.280 por tonelada. El valor pagado a productor, a partir del 16 de agosto, en tanto, equivaldría a US$ 3.200.
Varias son las razones que generaron la tormenta perfecta, como ya se califica a este panorama. Según calificados analistas, China ha reducido sus importaciones de leche en polvo a cifras cercanas al 50%, mientras que Rusia, el principal importador de lácteos desde la UE, ha disminuido en cifras aún superiores. La crisis económica china, que ya parece más estructural que coyuntural, no trae buenas noticias. Rusia, en tanto, independientemente del freno a las importaciones de la UE, ha visto resentirse su economía por la caída del precio del petróleo.
Nueva Zelandia, principal exportador lácteo del mundo, tuvo en la temporada que recién termina un precio a productor 40% inferior que la anterior, mientras que en Chile los precios por leche cruda cayeron en 10% en enero. Por otra parte, mercados como Argentina y Uruguay hicieron ajustes a la baja entre los meses de noviembre de 2014 y marzo de 2015.
“El actual precio internacional es algo engañoso y puede revertirse en el mediano plazo. Esto porque si bien los valores externos han llegado a niveles muy bajos, y pueden caer aún más, las transacciones son escasas, por la caída de la demanda internacional”, señala el asesor independiente Claudio Sarah.
Agrega que el precio en Chile difícilmente caerá a niveles equivalentes internacionales, por la importancia y peso del mercado interno.
Pero la razón va más allá. Concuerda en que lo principal es la menor oferta. “Un efecto no buscado, producto de la sequía y sus consecuencias que aún se mantienen. A eso hay que sumar la última exportación de vaquillas a China. En suma, en Chile habrá menor disponibilidad de leche, y si se mira la curva de tendencia histórica, hemos perdido fuerza y potencial de crecimiento por factores tanto exógenos como internos”, aclara Sarah.
Frente a la pregunta de si la demanda a las plantas procesadoras, que pide traspasar el valor de los precios internacionales a productor nacional les jugaría en contra a sus asociados con la actual situación, Horacio Carrasco señala su convicción respecto de los argumentos de la presentación.
Y en cuanto a la razón de por qué no baja más el precio, señala que “este es un ciclo y la cuenta que me está dando no es correcta, dado que este negocio hay que mirarlo en el largo plazo, no en un evento ni en el corto plazo. No tengo opinión relativa al precio, ya que los productores no tenemos ninguna injerencia en él. Generamos un producto altamente perecible y tenemos que entregarlo al valor que nos pongan las plantas o la industria. No podemos hacer como los trigueros, que pueden meter su trigo en bodega y esperar a que mejore el precio. Dado eso, no puedo decir nada más”.
Visiones futuras
Carrasco dice que las opiniones de economistas son bastante distintas respecto del futuro para el sector.
“No me atrevo a aventurarme con alguna idea en relación con lo que pueda pasar a futuro, pero estamos bien complicados y, probablemente, la primavera también lo va a estar, sobre todo cuando estamos viviendo todavía los embates de la sequía, dado que gran parte del forraje conservado que teníamos para enfrentar el invierno fue utilizado en el verano y otoño. Así que es realmente crítica la situación y, por ello, haría un llamado a los proveedores de insumos y de servicios a entender que este negocio es cíclico, y que estamos viviendo una etapa complicada de baja”.
Lo anterior con la intención de que consideren la nueva realidad lechera y les den un buen trato a los productores, en cuanto a plazos y tasas, en el caso de los servicios financieros.
“Este es un buen negocio en términos económicos y de largo plazo. Hoy solamente hay un problema financiero dado el ciclo negativo, pero eso normalmente se revierte. Conocemos la historia del negocio de la leche y sabemos que es absolutamente cíclico; por lo tanto, entendemos que es una etapa negativa que se va a revertir”, agrega.
