El mercado peruano demandaría cerca de tres millones de toneladas métricas (TM) de leche de vaca al año para el 2020 y, para alcanzar ese nivel de producción, se tendrán que realizar inversiones cercanas a los 2,000 millones de dólares, informó hoy la Asociación de Industriales Lácteos (Adil).
El presidente de Adil, Rolando Piskulich, explicó que ese monto incluye inversiones en incorporar 150 mil nuevas vacas al hato lechero nacional (valorizadas en 300 millones de dólares), así como ampliar la frontera agrícola para pasturas en 114 mil hectáreas hasta una dimensión tres veces más grande que el proyecto Olmos. Manifestó que si la cadena láctea llega a invertir al 2020 los 2,000 millones de dólares, el consumo per cápita anual se elevaría a 80 o 90 litros.
Reveló que estas proyecciones fueron planteadas desde 1996, cuando se pensó que en el 2005 el país superaría las 2.4 millones de TM de demanda de consumo de leche, pero recién ha superado los dos millones en lo que va del 2012. En aquella época se importaba el 50 por ciento de la leche consumida, y el consumo per cápita era solo de 45 kilogramos por habitante por año. Actualmente la producción total para enfrentarla es de 1.70 millones de TM y se importa el equivalente a 300 mil TM. “La visión final de la industria con estas proyecciones es lograr la seguridad alimentaria para Perú a través del autoabastecimiento de leche en el mercado nacional”, señaló.
Caso contrario, Perú pasaría de ser productor a simple importador de leche, perdiendo así decenas de miles de puestos de trabajo en el sector pecuario, en la industria láctea y en toda su cadena de comercialización. También reveló que en la actualidad las cuencas de Cajamarca, Trujillo (La Libertad) y Chiclayo (Lambayeque) vienen superando en producción a la cuenca de Arequipa, otrora cabeza de la producción nacional.
“Se debe al propio dinamismo de la economía en el norte del país y al trabajo de descentralización de la industria láctea”, subrayó.
Sin embargo, advirtió que las buenas proyecciones de la cadena láctea podrían afectarse si los conflictos sociales siguen ocasionando pérdidas económicas y la imposibilidad de trabajar con normalidad, como ha sucedido con las recientes manifestaciones de violencia, paros y bloqueos de carreteras que han afectado el acopio. “El último paro en Cajamarca costó a la cadena una pérdida de 800 mil litros de leche apenas en 15 días porque los camiones isotérmicos no podían movilizarse para acopiarlos”, lamentó. Asimismo, también en Cajamarca, debido a las manifestaciones antimineras recientes, se han producido pérdidas superiores a los 50,000 litros diarios, reveló Piskulich. “Las proyecciones de inversión se concretan cuando toda la cadena percibe un clima de paz y estabilidad, en donde se respete el estado de derecho y se comprenda por dónde se dinamizan los negocios, de dónde viene el impulso y el desarrollo de los sectores productivos y se respete el derecho a producir y a trabajar”, indicó. Más aún cuando esas inversiones se producen de modo descentralizado, propiciando la independencia económica de miles de familias productoras y la mayor solidez de una industria que las respalda, afirmó.