El precio del lácteo se dispara, pero también la comida para el ganado.
RIVERDALE, Calif. —Mientras los precios de la leche continúan subiendo y las exportaciones al mercado asiático se han expandido, muchos productores del lácteo aún están batallando con las consecuencias de varios años desastrosos y esperando que el gobierno federal haga algo para ayudar a estabilizar la industria.
Tras la caída de los precios y que las granjas quedarán cortas, el Secretario de Agricultura, Tom Cilsack dijo año y medio atrás que la industria necesitaba ser reestructurada y que su departamento revisaría sus programas para ver qué cambios podrían hacerse para ayudar a crear más estabilidad.
Un comité del Departamento de Agricultura se formó en 2009 en respuesta a la crisis y emitió sus recomendaciones este mes, pero aún no se presenta algún proyecto de ley.
No hay tranquilidad entre los agricultores como Jamie Bledsoe de Riverdale, quien vio sus ingresos caer en $2 millones en 2009 y tuvo que vender unas 300 vacas para pagar sus deudas. Muchos de los productores de lácteos usaron sus ahorros y vendieron sus propiedades que habían acumulado durante 15 ó 20 años, dijo.
Ahora están presionados por los altos precios del maíz y la incapacidad de obtener préstamos para comprar alimento para su ganado. La situación es particularmente mala en California, donde la mayoría de los productores no cultivan su propia alfalfa o maíz.
Cerca de 250 granjas lecheras han desaparecido en California en los últimos tres años, y se espera que otras tantas cierren este año, dijo Michael Marsh, director ejecutivo de Western United Dairymen. California es el número 1 en producción de leche en el país, seguido por Wisconsin y Idaho.
La crisis comenzó cuando los precios de la leche que habían estado subiendo por la demanda en naciones desarrolladas se desplomaron de $18 por cada cien libras en 2008 a cerca de $12 debido a la recesión en 2009. Los ganaderos comenzaron a recortar su producción. En un punto, un promedio de 50,000 vacas por semana eran sacrificadas como una forma de reducir la producción de leche.
Este año, se espera que el costo de la leche alcance un promedio de $17 por cien libras. Pero los ganaderos no están mucho mejor que antes debido a los subsidios federales para el etanol que han creado una gran demanda para el maíz entre los productores de biocombustible y los precios se han disparado, explicó Ray Souza, un ganadero de California que es parte del Comité Asesor de la Industria Lechera del USDA. Cerca de un tercio de la cosecha del maíz en EEUU ahora es para alimentar los motores de vehículos, no a las vacas. La alimentación representa cerca de la mitad de los gastos de los productores lecheros.
Tomb Barcellos, quien administra una granja lechera con 800 vacas en Tipton, indicó que los ganaderos antes podían pedir respaldar sus préstamos con animales para conseguir dinero para el alimento, pero ahora el valor de las vacas se ha desplomado, por lo cual es difícil conseguir crédito.
La industria de lácteos ha estado trabajando en un plan para reformar las políticas de lácteos en la nación, y muchas de sus propuestas fueron igualadas por las recomendaciones del panel federal.
Además, el Comité Consultor de la Industria Lechera recomendó reemplazar o mejorar las dos redes tradicionales de seguridad del gobierno federal: los programas de apoyo al precio y el Contrato de Pérdida de Ingreso de la Leche.
El programa de de apoyo al precio compra el superávit de productos lácteos, pero expertos en la industria dicen que el precio es tan alto como para ayudar a los ganaderos. El programa MILC paga a los ganaderos directamente pero no cubre todas sus pérdidas, y paga sólo hasta por 3 millones de libras de leche por año. Esto significa que es de poca ayuda para los grandes productores tales como los de California.
En cambio el comité recomendó ayudar a los ganaderos con los costos del alimento retirando el subsidio al etanol y crear un programa de seguro que pagaría a los ganaderos cuando la diferencia entre los precios de la leche y el alimento del ganado sea muy poca.
