04/01/2017 às 20h09min - Atualizada em 04/01/2017 às 20h09min

La lechería se debe una nueva mirada sobre el negocio sectorial en Argentina

Elida Thiery

Tanto se filosofa y desde hace años sobre los ideales de la lechería argentina, su potencialidad, sus objetivos e incluso sobre los imposibles y el tiempo perdido, pero a veces parece que no se avanza en el sentido correcto, que no se concretan esas pautas.

Hay algunos que además de pensarlo, lo ponen en puntos concretos, pero a la vez son pocos los que están dispuestos a escuchar, pero más aún, menos los que tienden a ponerlos en marcha, tanto desde la producción, como desde la industria, pero sobre todo desde los gobiernos.

Trabajando en el tema desde hace años, Eduardo García Maritano, es uno de los que más avanzó en temáticas como formas de mercados institucionalizados, diferentes maneras de comercialización, e incluso las estrategias para conseguir industrias y lecherías competitivas para la exportación. 

Como Coordinador de la Comisión de Lechería de Confederaciones Rurales Argentinas, tiene un diagnóstico con datos certeros, para al menos tener en cuenta.
Sabiendo que las cadenas de valor se traccionan desde la demanda, es por eso que hay que mirar en dos sentidos, el nacional y el internacional.

Hoy 18 industrias representan el 57 por ciento de los lácteos, mientras otras 900 de todos los tamaños se quedan con el resto del negocio de proceso, mientras que el 53 por ciento de los tambos que producen el 22 por ciento de la leche cruda manejan diariamente hasta dos mil litros, al tiempo que el 45 por ciento de la leche sale de tambos de más de cuatro mil litros diarios, siendo el 15 por ciento de algo más de nueve mil explotaciones que hay hoy en el país.

"Argentina es un sistemático productor por arriba del consumo" define este analista y productor, teniendo en cuenta que el mercado interno se queda con el 72 por ciento de los lácteos, siendo el 28 por ciento restante destinado a la exportación, con la mitad de los volúmenes dedicados a la leche en polvo.  De todas maneras, en 15 años se creció tan sólo un 0,54 por ciento anual en producción y en el negocio en general, mientras entre 1990 y 1999 la expansión se había dado de los seis mil a los diez mil millones de litros, promediando anualmente en ese momento el siete por ciento. Es por eso que "hoy tirar la leche del excedente natural no cambia el precio", más aún si se tiene en cuenta un año como el que está terminando, con recortes productivos a causa de los factores climáticos en las principales cuencas. De todas maneras, la inestabilidad productiva llegó en 2003 al peor margen histórico y a partir de allí las irregularidades se hicieron por demás cíclicas, a pesar de haber atravesado momentos de muy buenos valores momentáneos. 

Los precios de la leche cruda se traccionan desde la capacidad de pago de los productos que se elaboran con ella, es por esto que no existe una ecuación directa para elevar los pagos a quien origina la cadena. "No se puede producir por arriba del consumo, si la exportación no es eficiente en cuanto a los excedentes", como una de las premisas para entender que una cosa es la capacidad de pago por sí misma y otra la posibilidad de la industria, en el mix de productos.

Es por eso que en esta idea con varias patas, el agronegocio lechero debe avanzar en el marco institucional, las reglas de juego, el marco transaccional y la  competitividad de los eslabones, andando así hacia una mayor coordinación comercial de la cadena.

Un mercado institucionalizado puede generar el movimiento de otras cadenas, con claros ejemplos a nivel nacional dados por la soja.
En nuestro país, de 31 cadenas agroalimentarias solo tres tienen reglas de juego claras e ineludibles, soja, carne y trigo con maíz, siendo así esta institucionalización la que marca la diferencia a la hora de la oferta y demanda, traduciéndose en precio, porque aportando conceptos como bien transable definido, precios de referencia, contratos y arbitraje.
Pero en Argentina se transacciona muy mal.

Desde CRA consideran que el Sistema Integral de Gestión de la Lechería empieza un camino, a pesar de las demoras que se padecieron este mes, pero da una definición de leche, una suerte de precio de referencia, pero debe ser determinable. 
Los contratos son los que deben formalizar derechos, obligaciones y grantias reciprocas, por escrito; luego de esto sumar a las cámaras arbitrales, con esquemas que en el marco de la Bolsa de Comercio de Rosario se pueden dar.

Pero mientras la leche se siga entregando, todo sea de palabra, ni la Defensoría del Pueblo puede explicar este fenómeno, por lo tanto, "si la transacción no está alineada, el conflicto seguirá siendo permanente". En este rumbo, la consignataria de leche sobre la que avanza Santa Fe es una alternativa, quizá no para toda la materia prima, pero servirá para encarrilar el comercio de los actores más débiles, entre productores y pymes. Mucho más allá quedará una planta de secado de leche, hoy demasiado ambiciosa para la realidad conocida y próxima.

Todo esto depende de poder hacer crecer al negocio, de tener excedentes, seguridades de precios mínimos, mercados disponibles y pagadores, incorporación de tecnología industrial y todas las variantes que hagan en un mediano plazo a un sector competitivo, tentador y sobre todo rentable, para todos.

 

Datos concretos

 

En las últimas horas se puso online el sitio del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, de donde surgen cifras interesantes.

Argentina perdió 460 tambos en producción, lo que representa una caída del cuatro por ciento, según consigna el informe N°1 del OCLA que reprodujo Nuestro Agro, afectando sobre todo al rango de explotaciones con menos de 2.700 litros por día. Además la producción de 2016 restaría una caída entre el 10 y 11 por ciento en la comparación interanual, con un descenso a tambo constante del orden del ocho por ciento.

En los diez primeros meses de 2016 las exportaciones alcanzaron las 247.000 toneladas, por un monto de US$ 655 millones FOB y un precio implícito promedio de US$ 2.644. 
Por otra parte, la participación promedio de los tamberos en una canasta de productos lácteos representativa, según datos del Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco), fue en octubre pasado del 27,7% versus 25,1% en el mismo mes de 2015. En ese mismo período la participación del sector industrial pasó de 30,8% a 25,8% y la del comercio (fundamentalmente supermercadismo) de 28,3% a 30,6%, mientras que la del Estado (impuestos) se mantuvo constante en 15,9%.

A partir del desastre climático ocurrido en abril de este año, sumado al recorte de oferta de leche por cierre de tambos y reducción de rodeos, las industrias lácteas debieron incrementar fuerte los precios pagados a tamberos, pero a la vez congelar el avance de la paritaria para los empleados de las empresas, en lo que ya prepara un conflicto para el verano de la mano de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina.

 

Fuente: www.diariocastellano.net


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