“México cuenta con un marco jurídico sanitario y de tipo económico muy amplio, pero finalmente si no hay quien vigile que se cumplan las leyes, quien las supervise y quien castigue a los que las omiten, el desorden permea en todas las etapas del sector comercial.
Esto ocurre con las importaciones de leche y sus derivados”, declaró el presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz.
La Cofepris y Profeco han permitido que entren al país y que se comercialicen diversas “fórmulas lácteas”, que son productos adulterados de la leche; quesos, yogures, cremas y mantequillas que se expenden en tiendas de autoservicio igualmente adulterados, que son un riesgo a la salud y un fraude. Sin embargo, estas dependencias omiten aplicar las leyes.
Precisamente la autorización de compras de este tipo de “alimentos”, que se realizan sin consultar a los productores y sus organizaciones, es la causa de que, desde hace 12 años, hayan desaparecido más de 100 mil pequeños y medianos productores de leche.
Sus vacas fueron al matadero y la mayoría de estos ganaderos emigraron al extranjero o a formar cinturones de pobres en la periferia de las ciudades. Cuando se denuncian estas irregularidades, añadió, esas dependencias federales afirman que ‘vamos a averiguar, a investigar cada caso’, y se tardan muchos meses sin respuesta, mientras que los pequeños ganaderos lecheros han desaparecido del mapa como productores.
Por otra parte, en entrevista, Alvaro González Muñoz expresó su confianza de que la empresa LICONSA, la cual compra leche fluida a pequeños y medianos productores del país para sus programas sociales, en el orden de 700 millones de litros anuales, aumente próximamente sus centros de acopio en diversos estados del país.
“Esperamos que sean 14 nuevos centros de acopio, pero vamos a tener la seguridad de que se instalen en lugares estratégicos; es decir, en zonas potenciales de aumentar la producción del lácteo, sin necesidad de recorrer grandes distancias para entregar el producto fresco”.
El promedio de los centros de acopio, va de 10 mil a 50 mil litros diarios, dijo. Informó que también se realizan negociaciones con LICONSA, para eliminar la modalidad de entrega de leche por 52 semanas, para tener la posibilidad de recibir 30 o 33 centavos por litro, lo cual será de mucho beneficio para los pequeños productores.
Como es sabido, esta bonificación no la reciben los productores y con esto creemos que sí podrán funcionar a su capacidad todos los centros de acopio. En la medida en que haya opciones de compra de leche a los productores, sostuvo, es un estímulo para continuar produciendo leche, porque LICONSA en los últimos años ha encabezado un precio de referencia que es tomado en cuenta por parte de la industria.
“Hemos planteado a LICONSA que los productores de leche de este país, necesitamos que la empresa se solidarice con la actividad productiva y pague 7.50 pesos el litro. Esto, debido a que el precio por litro de la leche importada, cuesta entre 8 y 8.50 pesos el litro y se espera que, en el futuro próximo, disminuyan las importaciones y que la actividad productiva nacional, sea más rentable.
Finalmente comentó que se ha solicitado a la empresa LICONSA la reducción de un 10 por ciento de leche de importación, y que esta misma cantidad la compre a los productores nacionales. Se estima que este porcentaje equivaldría a 70 u 80 millones de litros anuales, que serían de gran beneficio para los productores del país.